6 de enero de 2012

Despertar



Abrió los ojos y utilizó unos segundos para hacer memoria. Después, sonrió. Una curiosa sensación recorría su estómago, sus entrañas. Era como si cientos de mariposas estuvieran revoloteando por su interior, haciéndole cosquillas.

Se apoyó sobre un costado, girándose en la cama, y se subió las sábanas hasta la nariz, revolviéndose satisfecha. Estaba inquieta. Volvió a cerrar los ojos y recordó el color de su mirada, el tacto de su piel, el sabor de sus labios. Esta vez la sonrisa fue aún más amplia. Oyó una respiración acompasada tras su espalda y se giró en esa dirección. Se apoyó sobre un codo y observó a una de las personas más importantes de su vida. Tan dulce, tan bello. Le besó suavemente en los labios y se acurrucó junto a él, abrazándolo.

Así, así de simple y sencillo. Así de bien. Así de feliz me haces.

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