11 de octubre de 2012

Te echaba de menos

+¿Sabes? Es curioso...
-¿El qué?
+Cómo el destino nos ha vuelto a unir... después de tanto tiempo. Después de todo lo que pasó, lo que nos dijimos, lo que hemos luchado por separarnos.
-No fue el destino, fuimos nosotros. Queríamos encontrarnos de nuevo.
+No sé...
-Sí lo sabes, pero aunque puede que ni hoy ni mañana lo reconozcas, yo sí que lo haré. Quería encontrarte, volver a verte. Quería oírte... -Justo en ese instante, se le quebró la voz- Necesitaba sentir tu piel.
Observó la mano de ella, los dedos finos cuidadosamente posados sobre la mesa de madera. Sin apenas pensarlo, movió unos centímetros su mano para acomodarla sobre la de ella, pero la muchacha la apartó como gesto reflejo. Y él supo que, si en esos momentos ella no volvía a colocar la mano donde estaba, significaría que ya no lo amaba. Estuvo a punto de dejar que la tristeza volviera a inundar su corazón cuando observó cómo, lenta y despreocupadamente, ella volvía a posarla donde estaba. Le estaba dando otra posibilidad, el rechazo anterior solo había sido la minúscula protección de un escudo de cristal. Y el cristal se había roto con únicamente pensar en volver a tocarlo.
Acercó la mano de nuevo hasta la suya, pero esta vez no la apartó. Tenía la piel tan suave como siempre. La agarró fuerte y se la llevó al rostro, colocándola sobre su mejilla. Notó su calor, besó sus dedos y sintió ganas de llorar.
-Te echaba de menos -le susurró en cuanto recuperó la voz.
+Yo también.
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