18 de octubre de 2016

El machismo en la sociedad

Hoy en el mundo hay miles de mujeres con un nudo en el estómago y otro en la garganta. Muchas también tendrán anudadas las manos, en el sentido figurado y en el literal. Hoy, en España y en el mundo entero, hay miles de mujeres que temen a su pareja o expareja. Hay miles que salen a la calle y "en casa no pasa nada", pero llevan el terror comiéndoles las tripas. Por otra parte, hay otros miles, que son muy sabios y con mucha experiencia en el miedo, en ser amenazados y en temer por su vida, que afirman que si una mujer es maltratada es porque quiere. Porque deja que lo hagan. Porque denunciar es un proceso muy fácil. Porque la policía siempre está ahí. Porque, una vez denunciado, el maltratador desaparece de la faz de la tierra.
También hay otros cuantos miles, quizás los mismos, que se quejan de que le den tanto bombo a la violencia de género. Se quejan también de que hablan demasiado de las pobres mujeres y dejan de lado al hombre, que también es maltratado. Se quejan de las denuncias falsas, de que no existe tanta violencia doméstica, dicen, pero que hay mucha "hija de puta" suelta que le quiere "sacar los cuartos" a su marido y no sabe cómo. Y estos cuantos miles hablan delante de niños y adolescentes. Y les copian. Y continúan los comentarios y los insultos y las bromas y las vejaciones y el menosprecio. Y vemos frases por redes sociales escritas por adolescentes, incluso por chicas, del tipo: "Incluso las estrechas son putas". Y la historia se repite, y siguen proliferando las grandilocuentes opiniones: No me extraña que la violaran, teniendo en cuenta lo fresca que iba; aquella es una guarra, porque se ha tirado a no sé cuántos; qué puta es, que ha dejado a su novio y seguro que por otro... Y el lenguaje habla por sí mismo: ¿Puto? ¿Zorro? ¿Guarro? ¿Por qué no significan lo mismo que en femenino?
No me gusta el "compañeros y compañeras", pero, fuera de eso, el lenguaje es sexista, si no machista. Y la sociedad no está ayudando. Estos detalles educan y, después, son los débiles los que los adquieren y desarrollan. Los débiles "hijos de puta" (he aquí otra expresión machista del lenguaje) que alcanzan su máximo esplendor llevando el machismo presente en el seno de la sociedad a su forma de ser y a su vida íntima. Aquellos que insultan a sus parejas, que las infravaloran y menosprecian, que las controlan, que las amenazan, que las someten psicológica y/o físicamente.
Este artículo es altamente recomendable para reflexionar sobre este tema:
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