15 de junio de 2011

Monotonía

Suspiro. Oigo el ronroneo de los coches desde mi habitación, intentando concentrarme. Pensar. Un remolino de sensaciones contradictorias se agolpan en mi cabeza, martilleando mi cerebro. ¿Pienso? Lo intento, pero no deduzco nada. Y sigo aquí, como muerta, sin sacar conclusiones, sin ser capaz de dar un paso, por miedo a que salga mal. Tal vez las cosas deban quedarse como están. Escucho a personas que conversan al caer de mi casa, andando. Se alejan. Puede que ellos tengan las cosas más fáciles... ¿o no? A lo mejor el destino es el que va a barajarme las cartas, porque yo lo intento pero... sigo fracasando. Caigo, y vuelvo a caer. Por favor, azar, dame un respiro. Necesito ser feliz.

2 comentarios:

  1. Son tantas las veces que caemos y tantas las que nos levantamos que al final nos da carácter, y no tenemos que esperar, tenemos que salir a enfrentarnos con la realidad y a tomar de ella esos pequeños momentos de felicidad.

    No hay que pararse, hay que caminar, le pese a quién le pese...

    Un afectuoso saludo,

    Saudades8

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  2. Ese es el problema con la rutina: te atrapa y te sofoca de una forma horrible. El hecho de esperar a que las cosas mejoren por sí mismas sólo te hunde más en la monotonía, ese es un pensamiento feudal (católico) y por ende debería estar pasado de moda. La felicidad no se obtiene como un regalo, es algo que se busca y se gana, algo por lo que hace falta luchar... así que párate y búscate la tuya ^^.

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